Quizás deba ir a ver a un psiquiatra me dije mientras giraba la llave en
la cerradura. Escapé de casa para evitar escuchar mâs de lo mismo.
Bajé los cuatro pisos por la escalera, miraba mis nuevos zapatitos
ecológicos que aún no sé definir su color, mostaza o beige. En cada piso encontraba voces altas de excitación, tanta algarabía traspasaba las puertas de madera.
Al llegar a la planta, a unos pocos pasos del ascensor, hay un patio en forma de cuadrado, està lleno de plantas, piedras redondas
pequeñitas y flores muy sofisticadas, très, très jolie.
Algunos vecinos bordeaban el pequeno jardîn, saltaban emocionados, se
abrazaban, iban codo a codo con una sonrisa desbordante y contagiosa. Sus conversaciones eran las mismas en cada piso, asî que me apresuré a salir del immueble, presioné el botôn "sortie". Ya en la calle, me sentîa a salvo de esos debates de mis vecinos. Caminé sin rumbo fijo. Sin embargo a cada paso, uno mâs y otra mâs que balbuceaba con brillo en los ojos, como zombies exaltados o hinchas todos del mismo equipo. Sus voces eran zumbidos que invadian hasta mis pensamientos.
Caminé unas cuadras y me detuve en una plaza, me senté
en una banca, desabotoné los botones de mi abrigo, saqué mi celular y noté que en
las redes sociales pasaba lo mismo, todos hablaban del mismo tema, mis amigos, primos y hasta el testigo de Jehova. Solté un suspiro entre otros aires y me pregunté si me sentîa extrana por tanta desinformaciôn o era otra especie de soledad la que estaba viviendo...
Estaba a pocos pasos de una iglesia, y aunque no soy católica sino
sagitariana, me lancé a buscar a un cura para confesarme.
En la casa de Dios habían unas monjitas muy arrugaditas y bien
amables, les dije que quería confesarme y se le abrieron los ojos como a los policias corruptos cuando reciben su mermelada, me señalaron donde se
encontraba el confesionario, un cubiculo reluciente que prohibîa el uso del celular.
Asî que puse mi celular en modo silencio y el silencio de la iglesia era reconfortante, alejada de la excitaciôn de los vecinos.
Ave maría purísima, anunciô una voz grave pero agradable. Yo no supe que responder
Hija! Escuché,
Padre! Respondí, disculpe, ¿Ya le cuento lo que me pasa? Le contesté
- Confiesa humildemente tus pecados…
Padre! Respondí, disculpe, ¿Ya le cuento lo que me pasa? Le contesté
- Confiesa humildemente tus pecados…
Y es que hay alguien que confiese sus pecados orgullosamente? me pregunté
ehh, bueno, hoy me he sentido un poco extraña.
Qué es lo que te hace sentir así, hija mía.
Cuando dijo hija mía, empecé a dudar, otro falso profeta medité,
estaba peor que mi padre biológico. A
ninguno lo vi cuando más lo necesité entre mis calles más solitarias...
Bueno sabe que, es que no me nace las ganas, la curiosidad, ni la
intriga de ver Game of thrones ni Avengers, y toda la gente habla de eso y ve
eso y yo me siento mal.
Pero cómo que no has visto Game of thrones ¡!!!!!!!
Y las campanas sonaron y los cuervos cantaron como si se burlaran de mi
¿Es muy grave mi pecado padre? Tampoco he visto Harry Potter ni Titanic,
y eso que a mí me encanta la Kate y el Di Caprio pero esa canción de Celine
Dion me parece pedorrísima, un insulto a las canciones románticas, me da
guácala.
Eres una oveja descarriada!! Me lo dijo en un tono furibuendo y seco, como si
yo le hubiera prendido fuego a la Notre Dame.
De pronto veo a el Padre frente a mi, coloca sus manos en mi cabeza y recita:
Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz.
Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Gracias padre le contesté
luego él agregó que tenía que rezar 525 ave marías y 328 padre nuestros…
Al llegar a casa, me retiré los zapatitos beige o mostaza porque hay que cuidar el parquet que no es mío, me puse frente al ordenador para googlear el ave maría y el padre nuestro que debía rezar pero vino a mi mente los sonidos de una gaita, la atmosfera de los antiguos dioses, "Su valentîa cambiô el mundo"
era Xena, la princesa guerrera.
La busqué, di play y me olvidé del psiquiatra y mis pecados.
era Xena, la princesa guerrera.
La busqué, di play y me olvidé del psiquiatra y mis pecados.
Paris - 2019
Jane Nada
Jane Nada

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Suele pasar, quisiera opinar pero me he vuelto un terrible mundano, por eso mejor no te cuento lo que hice ayer ��.
ResponderBorrarAtte. Yorinson
Ver tu habitación?
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